Versículo de la Semana

Juan 1:27 Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado.

viernes, 17 de febrero de 2012

Generaciòn

Escrito por Albert Pouerié

He pensado tanto que ya no quiero pensar, he dicho tanto que ya no quiero hablar, he hecho tantas cosas en tan pocos años que me pregunto ¿De qué vale la vida si te alejas de ella? Sabios pero no por nuestra sabiduría, diligentes y esforzados pero no con nuestras fuerzas, con poder pero no es nuestra autoridad; ¿Entenderá el corazón, la mente y nuestra voluntad que se vive para ti?
Huimos y corremos, sin poder escapar. Creemos que somos los dueños de todo, para que en el final del día llorar en soledad porque no encontramos un sentido a la existencia,  parece que existir y no existir no cambiaría nada en las vidas de los que nos rodean.
¿Hasta cuándo seguiremos encerrados en nuestro propio ego, encerrados sin querer rescate? Nos echamos a un abismo con tal de sentir momentáneamente superioridad ante los demás, pero ¿De qué nos vale? Si los poderosos lloran en sus habitaciones, los llamados de la “alta sociedad”  se suicidan cada día, personas pierden la razón porque no encuentran sentido de existir; los jóvenes se deprimen, se sienten solos, se quitan la vida, se vuelven enemigos de la sociedad, ¿¡Por qué!, qué sucede?
Nuestra generación ha caído en las tentaciones de la serpiente, dejándose dominar por su astucia seductora para caer en muerte, que arrastra hasta demoler cada emoción, raciocinio, sentimiento; que destruye el alma y espíritu; seducción atractiva ofrecida por los deseos vanidosos de nuestra carne, los cuales debieron ser hechos muertos por la sangre derramada. Bendito albedrio, preferimos hundirnos en lo oscuro del pecado por recibir la satisfacción pasajera de tener o recibir lo que nuestra carne anhela.
¿Qué será de ti joven? ¿Qué será de ti generación? Cuando la serpiente ruga como león, vendrá a devorar todo lo que de ti existe. Traerá muerte, dolor y lágrimas, no habrá quien te consuele; traerá fracasos y caídas, no habrá quien te levante; traerá escasez, hambre y sed, no habrá quien te sustente; traerá guerra, flechas y fuego, no tendrás escudo.
Oh generación, entonces dirás ¿A dónde ha ido Jehová? Sin darte cuenta que Él está ahí donde lo abandonaste. Lo dejaste en tu rebelión y por tus placeres. Él espera por ti. ¿Cómo se consuela al que está apartado? ¿Cómo se levanta a quien quiere arrastrarse? ¿Cómo se sustenta a quien vive por sus fuerzas? ¿Cómo se protege a quien lucha solo?

En el final, descubrimos que todo lo que somos y tenemos es por Jehová Dios. Entonces allí, en nuestro sometimiento a su divina voluntad recibimos sabiduría, fuerzas y autoridad; pero no para jactarse, porque de su propiedad somos al entender y aceptar que somos dignos y aptos delante de Él por el precio de sangre, el cual nos dio entrada ante la manifiesta presencia del Dios Altísimo por medio del arrepentimiento de nuestras rebeliones.
Generación, vuélvete a Jehová. No aborrezcas los favores, no desperdicies las bendiciones, no te jactes en lo que no es tuyo; más bien agradece y esfuérzate en hacer lo que Jehová te ha enviado. Porque el vivir es Cristo y morir ganancia.

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